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La respuesta de Jesús a los fariseos sobre el divorcio
En el contexto bíblico, los fariseos eran una secta religiosa judía que se caracterizaba por su estricta observancia de la Ley de Moisés. En un intento por poner a prueba a Jesús, le plantearon una pregunta sobre el divorcio, un tema que generaba controversia en aquel tiempo.
Los fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?» Esta pregunta buscaba poner en aprietos al maestro, ya que existían diferentes interpretaciones en la sociedad de aquel entonces.
La respuesta de Jesús
Ante esta pregunta, Jesús respondió de manera clara y contundente. Él les dijo: «¿No habéis leído que el que los hizo al principio, hombre y mujer los hizo, y dijo: ‘Por esto el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne’? Así que no son ya más dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mateo 19:4-6).
Con estas palabras, Jesús reafirmó la importancia del matrimonio como una institución sagrada y divina. Su respuesta se basó en el relato de la creación en Génesis, donde se establece que Dios creó al hombre y a la mujer para ser una unidad indivisible.
El significado de la respuesta de Jesús
La respuesta de Jesús va más allá de la simple prohibición del divorcio. Él no solo condenó la práctica de repudiar a la pareja por cualquier motivo, sino que enfatizó la importancia de la unidad y el compromiso en el matrimonio.
El mensaje de Jesús es claro: el matrimonio es un vínculo sagrado que no debe ser roto. Su enseñanza se basa en el amor, la fidelidad y el respeto mutuo entre ambos cónyuges.
- Amor: Jesús nos insta a amar a nuestra pareja como a nosotros mismos, mostrando comprensión, empatía y generosidad en todo momento.
- Fidelidad: El compromiso de ser fiel a nuestra pareja es fundamental para mantener una relación sólida y duradera.
- Respeto mutuo: Jesús nos enseña a valorar y respetar a nuestra pareja, reconociendo su dignidad y tratándola con consideración y cortesía.
En resumen, la respuesta de Jesús a los fariseos sobre el divorcio fue clara y contundente. Él reafirmó la importancia del matrimonio como una institución sagrada y divina, instando a las parejas a mantener una relación basada en el amor, la fidelidad y el respeto mutuo.
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